"BIENVENIDA MUJER" DIOS TE LLAMA HOY A SU SERVICIO!!!

Mujer te doy la bienvenida a este lugar de bendicion, donde el Espiritu Santo de Dios ha tomado el control de este sitio, porque el es nuestro centro, El unico y Sabio Dios esta aqui, a el sea la honrra y la gloria por los siglos de los siglos. Amen....Gracias Señor Jesus!!!

lunes, 28 de febrero de 2011

ESPERE, SE INCLINO Y ME OYO


Lectura:
Pacientemente esperé a Jehová y se inclino a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre la peña, y enderezó mis pasos.
Puso luego en mi boca un cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Y verán estos muchos, y temerán, y confiarán en Jehová. Sal.40:1-3


Si el hombre tiene un apoyo firme donde poner el pie´su carga queda aliviada; pero si está pero si lleva demasiado peso y ha de andar por fango resbaladizo, su prueba es doblemente difícil.
Cuando David escribió el Salmo 40 es evidente que terminaba de sufrir una situación dura al extremo. Era tan pesada su carga que sus pies se inundaron de lodo. Tan grande era su pecado que en medio del lodo cenagoso, su espíritu, su alma y cuerpo que solo en dios encontró el consuelo y la esperanza a pesar de que, como el mismo lo reconoce, que sus propios pecados le dañaron profundamente.
Cuando menciona el pozo de la desesperación se refiere a una mazmorra, que era un lugar de detención donde no había aberturas, ya que el agujero en la parte superior servía como puerta y ventana. Obviamente el fondo de los lugares de tortura era sucio, repugnante y normalmente lleno de lodo. El hombre o la mujer sin Cristo se encuentra en estás condiciones, no hay esperanza para ellos. Bendito sea el Nombre de Cristo porque en el pasado nuestras vidas estaban en la mazmorra sin esperanza y sin fe; más Cristo vino a visitarnos y pago el gran precio apara que la cárcel fuera abierta para nosotras.
La diferencia entre esta superficie cenagosa y la solidez de una peña es abismal. En Dios, nuestro Señor encontramos el fundamento firme; porque el es nuestra Roca de salvación. Y nos ayuda a enfrentar las luchas cotidianas.
Esperar en Dios con paciencia en el tiempo de aflicción, o de la enfermedad, es una de las mayores experiencias que vive un creyente porque aprende a confiar plenamente en Dios.
Amadas hermanas se nos acerca un tiempo de oración y sacrificio. ¿Cuántas peticiones aun Dios no la ha respondido? Yo te invito a que te unas a este Magno Evento a que juntas con paciencia Esperemos..... porque El nos oirá, y desde el mismo trono de Dios enviará la salvación, restauración, sanidad y prosperidad que tanto necesitamos.


Dios te bendiga y guarde.
Tu humilde servidora Ps. Mtra. María Salinas

DIOS TE PUEDE USAR!

Muchas veces el enemigo logra quitarnos la bendicion de ser instrumentos en las manos de Dios. El lanza un intenso ataque en contra de nuestra autoestima, utilizando a personas que nos subestiman, o utilizando experiencias o situaciones de nuestro pasado, y muchas veces nos convence, haciendonos creer que somos inútiles. Susurra en nuestro oido que por tal o cual razon somos inservibles. Que no servimos para nada. Que Dios no puede utilizarnos debido a tal vez, nuestra falta de capacidad academica, falta de experiencia, y cuantas otras cosas mas que el usa en contra nuestra para desmoralizarnos y lograr así su proposito. A muchos de nosotros nos trata de hacer creer que debido a nuestro pasado Dios nos ha descalificado. Que no somos aptos para trabajar en la viña del Señor. Que Dios no nos puede usar.










Pero hoy, Dios te dice todo lo contrario. Dios quiere que tu sepas que El no te ha escojido a ti basado en nada que tu pudieras tener o ofrecer. Que no fueron tus capacidades, tus destrezas, ni tu personalidad lo que le llevaron a El a fijarse en ti, sino el hecho de que ibas rumbo a la condenación eterna, y El, por Su gracia y por Su grande misericordia para contigo, quiso rescatarte a tiempo, con el proposito de hacer de ti un vaso de honra. El, el Dios que todo lo sabe y todo lo puede, vio en ti el enorme potencial de poder usarte como canal de bendicion para bendecir a muchas otras personas, que hoy transitan por el mismo camino que un dia transitastes tu.



Ahora El espera y confía que tu des a otros lo que por gracia recibistes tu de El. El Evangelio de Salvación. Una puerta de escape para no llegar a la condenación eterna. Jesucristo murio por ti para que tu vivas por El. ¿Acaso crees que Dios pago tan alto precio, (a Su Hijo Jesucristo) por rescatar a alguien que, como te ha dicho el diablo, no sirve para nada? Tu y yo sabemos que no. Dios te valora y te ama tal y como eres, y quiere manifestar en ti Su poder, para Su honra y Su gloria.



La proxima vez que el diablo trate de engañarte haciendote creer que Dios no puede usarte, recuerda esto........



* Noe, era un boracho.



* Abraham, era muy viejo.



* Isaac, era un despabilado.



* Jacob, era un mentiroso.



* Lea, era fea.



* Jose, fue un niño abusado.



* Moises, era tartamudo.



* Gedeon, tenia miedo.



* Sanson, tenia el cabello largo, y era mujeriego.



* Ester, era huerfana.



* Rahab, era una prostituta.



* Jeremias y Timoteo, eran muy jovenes.



* David, tuvo una aventura amorosa, y era un asesino.



* Elias, tenia instintos suicida.



* Jonas, le huyo a Dios.



* Noemi, era viuda.



* Job, se fue a la bancarrota



* Pedro, nego a Cristo



* Los Dicipulos, se durmieron mientras oraban.



* Marta, se preocupaba por todo.



* Maria Magdalena, era, bueno ya tu sabes.



* La Mujer Samaritana, era divorciada mas de una vez.



* Zaqueo, era muy pequeño.



* Pablo, era religioso.



* Timoteo, estaba enfermo. Tenia una ulcera.



* Lazaro, estaba muerto.



............................................... basta ya de excusas!



Podras notar en esta lista el hecho de que Dios no anda buscando gentes especiales. El anda buscando gente simple, sencilla, normal y corriente, para un trabajo especial. Lo unico que El necesita de ti es tu disposición. Nunca olvides que tu no eres el mensaje. Tu eres el mensajero. Dios, en su amor, desea elevarte a una dimensión en donde tanto el diablo como los que te han despreciado y pisoteado se den cuenta de quien tu eres en Dios. Dios quiere usarte a tu maximo potencial.



MANOS A LA OBRA, QUE DIOS SE HA DE GLORIFICAR!



Oremos:



Padre Santo, Padre bueno, en esta hora reconosco que tu me has hablado, y entiendo que mas alla de cualquiera de mis limitaciones, esta tu poder que en mi debilidad se perfecciona. Quiero que sepas que yo quiero hacer tu voluntad. Usame para Gloria y Honra de tu nombre.



AMEN!

domingo, 27 de febrero de 2011

LA MUJER QUE PERDIO LA SALVACION.

El mundo y la sociedad se están desintegrando. Las evidencias las encontramos en nuestras prisiones, en los laboratorios científicos, en las noticias internacionales, y hasta en las aguas del océano.






La raza humana se ve amenazada por peligros insospechados, como el que los mares se están " muriendo ". Según Jacques Coustea, el ex-famoso oceanógrafo francés, los desperdicios tóxicos que estamos arrojando a nuestros océanos y mares, los están convirtiendo paulatinamente en aguas negras. Si el proceso actual no se altera, todos los peces morirán, junto con las algas y otras plantas marítimas que nos dan oxígeno.





Cousteau advirtió que entonces los hombres tendrán que huir de las costas para vivir amontonados en las tierras altas. Las lluvias cesarán, porque la podredumbre en la superficie de los mares impedirá la evaporación del agua. Luego vendrá la sequía y el hambre, y el remanente miserable de la raza humana morirá agonizando al fin, por falta de oxígeno.





¿ Cómo escaparemos de este fin apocalíptico que predijo Cousteau ? ¿ Hay esperanza alguna para el hombre de este tercer milenio ?





El libro de Apocalipsis 14, 7 dice : " Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquél que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas " ( Apocalipsis 14,7).





La pregunta vital, a la vista de la catástrofe mundial que se avecina, es todavía más amplia que un cambio de actitud en nuestras vidas, que es el primer paso y el más importante, pues Jesús, hablando de los tiempos que corren, hoy va más lejos y exige un saber desprenderse de todo lo que de todas formas no podremos llevarnos. Las consecuencias de no saber desprenderse las vemos en la historia de la mujer de Lot. Ángeles del cielo vinieron para ayudarla, fue llevada de la mano de un ángel fuera de la ciudad que Dios había determinado destruir, en la práctica está ya salvada y sin embargo pereció, fue convertida en estatua de sal. Jesús empleó esta escena terrible de aquella historia, para ilustrar nuestro propio peligro y hablando de los últimos tiempos y de los juicios de Dios dijo: " Acuérdense de la mujer de Lot " ( Lucas 17, 32).





¿ De qué tenemos que acordarnos en la mujer de Lot ? En Lucas 17,33 leemos: " El que trate de conservar su vida, la perderá; pero el que la pierda, la conservará ". No quiso la mujer de Lot, desprenderse de lo terrenal, no cortó con lo terrenal. Es posible que tuviera sus razones humanas, pero éstas no convencieron a Dios. Perder la vida es no ligarse, no aferrarse a las cosas de este mundo, que son pasajeras.





MUJER CUIDA TU SALVACION CON TEMOR Y TEMBLOR.



Casa de oracion.

MUJER ESCRIBELO EN PAPEL!


Ahora, voy a tomar esa porción y con ella voy a llenar la hoja que tengo a continuación. (voy a tomar desde el v.16 porque ahí comienza esa escena). Esta hoja está basada en 2 Timoteo 3:16-17 que dice que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”, pongamos en claro un poco algunos aspectos de este pasaje.
Lo que 2 Tim 3:16-17 me dice es que cualquier porción de la Biblia (“Toda la escritura”) contiene el aliento de Dios (es “inspirada”. En el idioma original, esta palabra no tiene la connotación que hoy entendemos cuando decimos que tal o cual cosa nos ha “inspirado”, sino que, hace referencia a que viene de la respiración o el aliento) y que además tiene aplicaciones prácticas y no sólo “intelectuales” (es “útil”) para cuatro cosas: Enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia. Déjame profundizar en estas cuatro cosas y cómo aplican en mi devocional.



a. Enseñar



La Palabra de Dios me puede enseñar, o sea, marcarme un camino por el cual yo puedo caminar con la confianza de que no tendré problemas. Si comparamos esto con una carretera diríamos que la Palabra de Dios puede mostrarme (“enseñarme”) los carriles, y si yo sigo en el carril que me muestra, sé que no tendré inconvenientes y llegaré a destino sin accidentes.
En mi devocional, en esta sección anotaré los principios que la Palabra de Dios me está marcando, aquellas cosas que Dios espera de un verdadero creyente, los mandatos que encuentro en mi lectura, etc.


b. Redarguye



Redargüir es “utilizar un argumento en contra”, sinónimo de “rebatir”, pero en el lenguaje original esta palabra también quería decir algo así como “reprochar”. Básicamente lo que Pablo quería decir cuando le escribió esto a Timoteo es que La Palabra de Dios es útil no sólo para enseñarte, sino también para decirte en qué estás fallando o qué estás haciendo mal. La Biblia no sólo te muestra cómo debes caminar sino que también claramente te expone cuando tu camino no es el correcto. Si regresamos al ejemplo de la carretera, es como un oficial de tránsito que te dice “estás invadiendo un carril que no te corresponde, eso está mal, si sigues así tendrás un accidente”.
En mi devocional, en esta sección anotaré claramente de qué manera estoy fallando en vivir de acuerdo a lo que acabo de aprender, (lo que me “enseñó” en el punto uno de esta sección), o sea, aquí pondré cómo y cuánto me he salido del carril que Dios trazó para mi seguridad.


c. Corregir



Esta palabra quiere decir “restaurar a un estado recto o correcto” (Diccionario VINE). La Palabra de Dios no sólo me indica si me he desviado, además me ayuda a retomar el camino correcto nuevamente. En el ejemplo de la carretera, me muestra dónde están las líneas pintadas y me ayuda a regresar al carril y continuar el camino.
En mi devocional, en esta sección anotaré qué necesito hacer para poner en práctica la voluntad de Dios, para aplicar lo que me enseñó en el inciso “a” de esta sección.

d. Instruir en Justicia



La Palabra de Dios no sólo me enseña cómo quiere Dios que yo camine. No sólo me dice si me estoy desviando de Su Camino y no sólo me dice qué debo hacer para restaurar mi caminar, además de todo eso, me da instrucciones claras y precisas para poder mantenerme en justicia, o sea, en el camino de Dios. Volviendo al ejemplo de la carretera, me da paso a paso instrucciones para no desviarme del camino: enciende los faros, no vayas tan deprisa, no mires el paisaje sino la carretera, ponte lentes oscuros para evitar la resolana, etc.
En mi devocional, en esta sección anotaré pasos concretos que debo seguir para poder cumplir lo que aprendí (inciso “a”), que no estaba haciendo (inciso “b”) y que es mi meta (inciso “c”). Deben ser pasos claros, prácticos y claramente verificables. Evita poner pasos medio etéreos o muy “espirituales” como “tengo que amar más”, “necesito madrugar”, “tengo que perdonar”, “necesito orar”, “voy a leer la Biblia más seguido”, etc. En vez de eso necesitas escribir una estrategia que puedas evaluar claramente, cosas como: “voy a levantarme a las 6:00am”, “Todos los días de 14:00-14:30 voy a orar por mi esposa”, “este domingo voy a dar una ofrenda de tanto a tal familia porque sé que lo necesita”, etc. De esa manera vas a poder evaluar si es que estás cumpliendo o no.

martes, 8 de febrero de 2011

100 RAZONES PARA ORAR


1. Señor, enseñame a servirte. (Malaquías 3: 16-18)
2. Señor, enseñame a ser humilde como la paloma. (1 Juan 5:17, Isaías 14:12-15)
3. Señor, quitame las palabras impropias. (Mateo 12:36)
4. Señor, enseñame a ser paciente. (Eclesiastés 7: 8)
5. Señor, en momentos de aflicción dame cordura. (Proverbios 8: 12)
6. Señor, enseñame a entender tú autoridad en mí. ( Lucas 19: 17)
7. Señor, enséñame como adquirir la obediencia. ( Filemón 21, 1 Pedro 1:22)
8. Señor, ayudame a vencer las ansiedades. (Salmo 42:43)
9. Señor ayudame a ser estable en tus caminos. ( Romanos 7-8, Efectos 3-4)
10. Señor, ayudame a concentrarme en Ti. (Salmo 91)
11. Señor, ayudame a estar siempre gozoso. (Filipenses 4)
12. Señor, dame entendimiento de la Palabra. (Proverbios)
13. Señor, ayudame a visualizar las cosas que me derriban. (2 Corintios 3-4)
14. Señor, ayudame a entender tus secretos. ( 1 Corintios 2: 9-10)
15. Señor, ayudame a que nada me robe la bendición. (Romanos 8: 34-37)
16. Señor, ayudame a no ser oidor olvidadizo. (Santiago 1)
17. Señor, ayudame a conocer mi identidad. ( Romanos 12: 3)
18. Señor, ayudame a hablar tú Palabra con autoridad. (Hechos)
19. Señor, ayúdame a no descuidarme espiritualmente. (Salmo 51)
20. Señor, ayudame a entender mi batalla. (Efesios 6)
21. Señor, ayudame a ser justo. ( Mateo 5-7)
22. Señor, ayudame a apartarme de lo malo. (Filipenses 1, Colosenses 3)
23. Señor, ayudame a entender tu concepto de mí. ( Juan 10-17, Jeremías 33:3)
24. Señor, ayudame a sacar mi coraje. (2 Corintios 5)
25. Señor, ayudame a no murmurar (Números 12 y 16)
26. Señor, ayúdame a siempre mirar hacia ti. (1 Timoteo 6, 2 Timoteo 4)
27. Señor, ayúdeme a tener misericordia. (Mateo 5-7)
28. Señor, ayúdame a memorizar tu palabra. (Deuteronomio 4:1, 8: 1; Juan 5: 39)
29. Señor, ayúdame a no caer en tentación. (Romanos 8, 12)
30. Señor, ayúdame a tener visión y pasión por las almas. (Mateo 28)
31. Señor, ayúdame a ser una persona dócil. (1Samuel 1)
32. Señor, ayúdame a perdonar para ser perdonado. (Gálatas 6:7; Marcos 4:22)
33. Señor, ayúdame a ser sincero. (Romanos 8:9; Mateo 5-8)
34. Señor ayúdame a glorificar tu nombre. (Juan 16-17)
35. Señor, ayúdame a estar en santidad. (Hebreos 12:14)
36. Señor, ayúdame a vencer lo malo. (Salmo 37)
37. Señor, ayúdame a seguir adelante. (1 Pedro 5:8)
38. Señor, ayúdame a rescatar las vidas perdidas. (Ezequiel 34:16)
39. Señor, ayúdame a someterme a mi esposo/esposa (Efesios 5: 21)
40. Señor, ayúdame a triunfar en mis cosas. (Salmo 127)
41. Señor, ayúdame a no juzgar a mi prójimo. (Mateo 5-8)
42. Señor, dame sabiduría y espíritu de temor. (Job 4:6)
43. Señor, ayúdame a serte fiel. (2 Timoteo)
44. Señor, dame el don de sanidad. (Hechos 3: 16)
45. Señor, dame el don de discernimiento de espíritu. (1Corintios 13-15)
46. Señor, dame el don de reprender demonios. (Mateo 4)
47. Señor, dame el don de la oración. (1 Reyes 9: 3; Nehemias 1: 6)
48. Señor, enséñame el ministerio de atar y desatar. (Mateo 16)
49. Señor, ayúdame a seguir directrices. (Deuteronomio 4: 6-9)
50. Señor, enséñame a amar a mi prójimo. (Mateo 22: 34-40; Romanos 13: 9-10)
51. Señor, ayúdame a aprovechar bien el tiempo. (Efesios 5)
52. Señor, enséñame a sobrellevar las debilidades. (Romanos 15: 12)
53. Señor, dame convicción mas que lógica. (Proverbios 3 :14)
54. Señor, enséñame a entender cuando algo es urgente. (Proverbios 13: 16)
55. Señor enséñame a vencer la desilusión. (Proverbios 19: 35)
56. Señor, dame la fe para entender que tu tienes suficiente recursos. (Malaquias)
57. Señor, necesito deleitarme en ti. (Salmo 16: 6)
58. Señor, ayúdame a vencer mis ansiedades. (1 Pedro 5:7)
59. Señor, ayúdame a enderezar mis pasos. (Salmo 23: 1-2)
60. Señor, ayúdame a vencer mis rebeliones. (Isaías 44: 22)
61. Señor, que yo no sea vencido por lo malo. (Romanos 12:2)
62. Señor, estoy fluctuando, ayúdame. (hebreos 10:23)
63. Señor, ayúdame a ser constante. (1 Corintios 15: 58)
64. Señor, ayúdame a honrar a mis padres. (Éxodo 20:12)
65. Señor, estoy desmayando. (Gálatas 6: 9)
66. Señor, no permitas que vaya donde tu no puedas ir conmigo. (2 Corintios 6:14-15)
67. Señor, ayúdame a vencer los obstáculos que veo amenazantes. (Mateo 29: 31)
68. Ayúdame a ser sincero. (Filipenses 1: 10; Hebreos 10: 22)
69. Señor, ayúdame a subsistir. (Colosenses 1: 13)
70. Señor, ayúdame a vencer la aflicción. (Isaías 53: 11)
71. Ayúdame a soportar mi prueba. (Número 11:14; 1 Corintios 10:13)
72. Gracias por tu sustento. (1 Timoteo 6:8)
73. Ayúdame a desechar lo terrenal que hay en mí. (Colosenses 3: 15)
74. Señor, ayúdame a hacer tu obra. ( Nehemias 4:6)
75. Ayúdame a ser diligente en mi trabajo. (Jeremías 31: 16)
76. Señor, quiero ser carta abierta para todos los hombres. (1 Corintios 3:3)
77. Quiero ser tizón encendido. (Amos 4:11)
78. Ayúdame a no hacer acepción de personas. (Proverbios 11:25)
79. Señor, no puedo con mi carga. (Mateo 11:28- 29)
80. Señor, ayúdame en mis tribulaciones (Hechos 14:22)
81. Ayúdame a que yo pueda ser pan para el hambriento. (Eclesiastés 11:1)
82. Yo quiero estar en victoria. (Salmo 18: 50)
83. Señor, quita de mi la jactancia. (Filipenses 2:3)
84. Ayúdame a ser valiente. (Josué 1:6-7; 2 Samuel 2: 7)
85. Quita la vanidad de mí. (Salmo 94: 11; 119: 37)
86. Ayúdame a ser un vaso de honra. (Romanos 9: 32)
87. Señor, ayúdame a entender mi vejez. (Salmo 71: 9,18; Proverbios 16: 31)
88. Ayúdame a estar en vela ( Mateo 26: 41; Marcos 14: 38)
89. Ayúdame a ser un varón /varona de Dios. (1Reyes 17: 24)
90. Quita de mí la vergüenza. (Deuteronomio 32:12)
91. Ayúdame a esperar tu venida. (2 Pedro 3:12; 1 Tesalonicenses 5:8)
92. Vísteme de tu coraza. (Efesios 6:13)
93. Ayúdame a resistir. (Isaías 1:17)
94. Señor, revélame tus secretos. (Daniel 2:28)
95. Dame fuerza para no retroceder. (Hebreos 10:38)
96. Hazme un vivificador. ( 8:11; 1 Corintios 3: 6)
97. Hágase tu voluntad en mí. (Juan 7:17)
98. Dame el Yelmo. (1 Tesalonicenses 5:8)
99. Te honrare con mi voto. (Salmo 50:14; 116:14)
100. Señor, no puedo alabarte, ayúdame. (Éxodo 15:2; Salmo 6:5; 30:12; 150: 6)

jueves, 3 de febrero de 2011

EN LA BRECHA (Intercesion)


Temas sobre Intercesión y Guerra Espiritual

*** Llamado a la guerra ***

Objetivo:
Concientizar a cada creyente de su llamado divino a ser soldado del Señor Jesús y encaminarlo, al mismo tiempo, a su llamado particular.

CITA: Romanos 13:12
Al aceptar a Jesucristo como el Mesías Salvador y entregar nuestra existencia a él, automáticamente nos hemos convertido en sus soldados y aliados (I Ped 2:9-10), ostentamos títulos grandiosos: Embajadores (II Cor 5:20), Herederos (Rom 8:17, Tit 3:7, Gal 4:7, 4:1, 3:29), Valientes (Mat 11: 12) .... y muchos más.

Ciertamente el Señor tiene un gran plan para con nosotros y por ello nos ha ceñido de gloria y autoridad. Todo lo que Dios quería hacer en el mundo lo hará directa o indirectamente por medio de la iglesia (Efes 1:22-23) y por ello todo creyente sin excepción tiene un llamado guerrero ( Is 13:1-5, II Tim 2:4), pues tenemos un Dios guerrero, que lucha en contra de la maldad y libra nuestra batallas. No en vano se llama a sí mismo JEHOVA TZEVA’OT : Jehová de los ejércitos, y como olvidar su revelación como JEHOVA NISI : Jehová nuestro estandarte. Todo aquel que le conozca y no desee enfilarse en su ejercito ofende su divinidad. Pierde hermosas bendiciones y abre puertas al enemigo (Lc 11:23).

Pero no todo creyente tiene el mismo llamado pues así como un ejercito en lo natural posee artillería, fuerza aérea, infantería, etc., en el ejercito del Señor ocurre lo mismo. Hay tres áreas de trabajo muy relacionadas y dependientes entre sí:

· Intercesión
· Liberación
· Guerra espiritual estratégica.

Intercesión: La persona que es llamada a la Intercesión mantendrá carga de oración constante por las necesidades urgentes o presentes de la congregación local. Son este tipo de creyentes que sienten la necesidad de ver la gloria de Dios sobre la tierra y por ello el Señor le concede respuestas favorables a sus oraciones; desatan a los incrédulos y bendicen a los ministros.

Los que tienen el llamado neto a la intercesión desarrollan amor y fidelidad a la iglesia; pasará horas sobre sus rodillas gimiendo por los perdidos, moviendo la gloria de Dios a su favor. Aquellos que poseen el don de interceder desarrollan mucho las oraciones de esfuerzo (llanto, gemido, dolores de parto), y las oraciones en lenguas y su interpretación.

Liberación: Cuando un creyente es llamado al área de liberación, desarrolla un carácter consejero, operará en los dones de discernimiento de espíritus, palabra de ciencia, sabiduría, fe y milagros. Lidiará y tendrá enfrentamientos con demonios de una forma más directa que el intercesor. El llamado de liberación echa fuera demonios de personas y da el consejo preciso para que el liberado conserve la bendición. Es muy necesario que el que practique la liberación mantenga un equilibrio en su forma de ministrar y una vida santificada en el Señor, pues el ministerio de liberación es una de los más atacados por las huestes del mal.

Guerra espiritual estratégica: En esta área se desarrolla por parte del creyente una visión amplia donde opera con frecuencia el don de profecía, discernimiento y palabra de ciencia y sabiduría. El guerrero estratégico será el encargado de dirigir batallas espirituales en lugares físicos, es más directo que el liberador pues se encargará de destruir columnas de iniquidad, tomar posiciones, enfrentar espíritus territoriales así como de dar estrategias de trabajo a los intercesores. Ninguna de estas áreas funcionan independientes, necesitan la ayuda mutua, pues somos un ejercito y como tal debemos ocupar el lugar correcto pero también fortalecernos unos a otros y reforzar la labor desempeñada por cada uno. Recordando que las batallas se ganan cuando hay unidad. Tenemos un jefe poderoso, identifiquemos nuestro lugar en su ejercito y comprometámonos a servirle de todo corazón

martes, 1 de febrero de 2011

QUE HACE BELLA A UNA MUJER?


Todos conocemos a mujeres que han sido favorecidas con una piel suave y sedosa, y con ojos brillantes e inteligentes. Nos referimos a ellas como personas bellas. Los adornos externos, como la ropa elegante y un peinado impecable, ciertamente contribuyen a su buena presencia. ¿O es su espíritu, ese magnetismo interior que comunica tranquilidad a las personas, lo que hace atractiva a una mujer?

Ya sea innata o superficial, la belleza es una fuerza poderosa. Hay sólo dos cosas capaces de traspasar el corazón humano, escribió Simone Weil. Una es la belleza; la otra es el dolor. En nuestro sofisticado mundo de hoy, las dos están invariablemente conectadas. El rejuvenecimiento quirúrgico de la piel, la liposucción o la estilización del cuerpo.

Los humanos son la única especie que se inflige a sí misma dolor físico por la belleza. Aunque la mayoría de nosotras insista en que la belleza viene de adentro, nos deshacemos fácilmente de nuestro dinero para comprar remedios contra la vejez, blanqueadores dentales, o suplementos herbáceos que nos garanticen una cintura más pequeña.
¿Cuál es la razón que nos lleva a buscar la belleza tan insaciablemente?

Dios ha puesto eternidad en el corazón de cada ser humano (Eclesiastés 3:11), pero por vivir en un mundo sujeto a limitaciones, experimentamos una discrepancia entre lo que tenemos y lo que queremos. Buscamos incesantemente a tientas el Edén perdido. En nuestro sufrimiento, muchas veces buscamos las cosas buenas que Dios nos ha dado, pero de una manera tan perjudicial que nuestra búsqueda de ellas, lo que hace es afligirnos. Sin la Palabra de Dios, que comunica la verdad a nuestras vidas, nos volveríamos esclavos de nuestros deseos.

Lamentablemente, la cultura en que vivimos se ocupa más del concepto que tenemos de la belleza, que lo que estamos dispuestos a admitir. Baños con arena volcánica, tratamientos faciales a base de pepinos, propaganda melosa en cuanto a proteínas de ginseng que queman la grasa y aumentan la capacidad cerebral, sabemos que estos artificios no funcionan, pero los consumimos más deprisa que el tiempo que les toma a los maestros de la publicidad inventarlos. La seducción de la presión social para que nos conformemos a un patrón universal de belleza es tan poderosa, que puede parecer imposible resistirla. Vivimos en un mundo que cada vez más juzga a las personas por su apariencia exterior, pero tenemos que luchar contra eso. La pregunta es: ¿cómo?

Cristo vino a la tierra para redimirnos del sufrimiento de nuestro pecado, y solamente su amor es el antídoto contra el menoscabado concepto que tenemos de nuestro propio yo. Él nos ofrece una vía de regreso al Paraíso que perdimos. Pero el camino a la sanidad es a veces difícil y doloroso: para encontrar nuestra identidad en Cristo, tenemos que deshacernos de la identidad que tenemos ahora, para salvar nuestra vida, tenemos que perderla.

La exhortación de Proverbios 6:25: No codicies su hermosura en tu corazón, ni te prenda con sus ojos, puede aplicarse también a los hombres. Cuando las mujeres se dejan cautivar por la búsqueda de la belleza, se vuelven también unas prisioneras. El deseo por la aceptación humana imita tanto a nuestro anhelo por Dios, que difícilmente podemos ver la diferencia.


Cuando le permitimos al Señor que arranque de una buena vez nuestra carnalidad para que podamos ver las cosas con sus ojos, el mundo se ve totalmente diferente. El ver la belleza como Dios la ve, nos libera de las expectativas fantasiosas y de la insatisfacción que hemos heredado de nuestra cultura. Primera de Pedro 3:3-4 dice: Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.

Proverbios 31:30 nos dice que engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. ¿Has escuchado alguna vez gritar a tu corazón: ?¿Crees que soy bella??, pregunta Angela Thomas en su libro Do You Think Im Beautiful? [¿Crees que soy bella?] El Rey es cautivado por nuestra belleza (Salmo 45:11). El Dios que regó las estrellas en los cielos… el mismo que formó las montañas y los valles con la palma de Su mano… el Dios cuyo simple aliento da vida… ese Dios, el Rey, siempre se ha sentido atraído por ti.

Según el doctor Elliot Feit, pediatra de Georgia, cualquier mujer puede ser bella. Para que una mujer físicamente atractiva sea bella, su interior debe armonizar con su exterior, dice. El ingrediente fundamental es la piedad, que se expresa siendo generosa, buena oyente, bondadosa y solícita. Feit menciona que siempre consideró bella a su madre, aunque no la consideraba físicamente bella. Ella tenía una actitud muy positiva, con una sonrisa perpetua en su rostro y el corazón de una sierva.

Él tiene razón. Cualquier mujer puede ser bella. Cuando le pidieron que hiciera un comentario en cuanto a este punto, la actriz Audrey Hepburn, apreciada por el mundo por su encanto, dio el siguiente consejo: Para tener labios atractivos, diga palabras generosas. Para tener ojos hermosos, trate de ver el bien en las personas. Para tener una figura delgada, comparta su comida con el hambriento. Para tener un porte sereno, camine con el conocimiento de que nunca caminará sola.

El comprender la gran verdad de que Dios está siempre con nosotras y que Él siempre nos ama, contribuirá más, a la transformación de una persona, que cualquier elixir que nuestro mundo pueda ofrecer. Primera de Juan 4:9, 10 nos enseña que?en esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

Gracias a Su gran amor, Dios nos cubre de rectitud y nos adorna como a una novia. El profeta Isaías entendió de qué manera el amor de Dios puede elevar a un alma terrenal: En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas (Isaías 61:10).

Hace poco le pregunté a una amiga en mi oficina qué es la belleza. Me dijo: Mi madre solía decir siempre que el amor puede hacernos bellas. De inmediato, pensé en la historia contada por un pastor un domingo por la mañana. Se trataba de una joven india mal parecida. En su cultura era costumbre que el novio diera una dote a la familia de la novia el día de la boda. Cinco vacas era una dote generosa; sin embargo, su familia esperaba mucho menos. Pero el día de las nupcias, su novio se presentó con diez vacas. Meses después, ella fue vista en el mercado muy segura de sí misma y con un rostro hermoso. Su joven prometido había entendido bien lo que una dote podía comprar.

Este mismo principio está en acción en nuestra vida. Yo lo experimento cada día. El amor que recibo de mi esposo y mis hijos ha transformado mi vida. Llamadas telefónicas de aliento, deditos pegajosos en mi cabello, besos en mis mejillas, abrazos inesperados, todas estas son las cosas que determinan mi semblante. Y doy gracias a Dios por ellas. Cada vez que volvemos nuestro rostro al cielo y recibimos la inagotable bendición de amor de parte de Dios, Su amor brilla en nuestras vidas. Si eso no es belleza, ¿entonces, qué es?

PASOS PARA LA SALVACION!

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